El momento de mi duelo, me redescubrí cuando comencé a compartir mi historia en los pasillos de los hospitales con otras familias y nos identificamos por el mismo dolor y esperanza. También vi muchas realidades que no conocía y que me llevaron a coordinar el Primer Proyecto de Investigación “Háblame de ti” de familias con cáncer de la Fundación Cecilia Rivadeneira, que tiene como objetivo dar a conocer a la comunidad sobre los datos de cáncer infantil para proponer proyectos y programas que ayuden a mejorar sus condiciones de vida. He intervenido además, en sus otros programas como Cumpliendo Sueños y Fuga de ángeles. ¡Cuánto han llenado mi vida estos espacios!
Pero ser voluntaria, no es solo querer ayudar, es ser responsable de saber cómo hacerlo, por eso tomé cursos para Formación de Consejería Familiar, Manejo de crisis, Duelo y Aulas hospitalarias. Mi acompañamiento a familias que inician tratamiento o que pasan a períodos paleativos, es que sientan, de alguna forma, que no están solas y que este camino tiene espinas sí, pero también tiene rosas y es una decisión tomarlo con optimismo y amor porque el amor es el arma más poderosa que tenemos para luchar contra el cáncer. Al final, solo nos quedamos con el amor que damos, con el amor que tenemos, con el amor que nos hace más fuertes y nos invita a vivir y a ser felices.